Soy la voz de quiénes estamos de acuerdo con los diálogos con el Clan del Golfo
Jairo Libreros panelista Hora20 de Caracol Radio
#SoyLaVoz · La Luciérnaga · Caracol Radio · 19.03.2024
Hola, les habla Jairo Libreros, profesor de la Universidad Externado de Colombia, y soy la voz de quiénes estamos de acuerdo con los diálogos con el Clan del Golfo.
El problema consiste en que no es claro ni preciso, en ese intercambio de la oferta de la Casa de Nariño y la aceptación del Clan del Golfo, si esos diálogos son para un sometimiento a la justicia o para un acuerdo de paz.
Algunos consideran que el único camino posible es el sometimiento a la justicia, porque esa estructura armada no es política, sino delictiva: viven del narcotráfico, del tráfico lícito de migrantes y de armas, de la extorsión, del sicariato, de los confinamientos y de los desplazamientos.
En cambio otros consideran que transformaron su perfil para ser reconocidos como un ejército irregular y adelantar un acuerdo de paz: posan de combatientes -uniformados y armados-, están agrupados en una unidad central que toma decisiones de comando y ejercen control territorial.
El Clan del Golfo, o los gaitanistas -como ellos se autodenominan-, han sido claros en la comunicación del perfil que dicen ostentar: son actores armados que buscan el reconocimiento político para realizar un acuerdo de paz. Y si no es así, afirman los gaitanistas, seguirán en armas.
En un análisis comparado no vamos a encontrar actores armados con reconocimiento político que no estén involucrados en actos delictivos. En el caso de Colombia, las antiguas FARC estaban vinculadas con el narcotráfico, el terrorismo y mil delitos más. Hoy día el ELN es una agrupación de naturaleza mafiosa. Son narcotraficantes y cometen mil delitos más. Y ni hablar de las disidencias de las FARC, sean las de Mordisco o las de Márquez, también son narcos puros.
En conclusión, si el presidente Petro quiere sacar al Clan del Golfo de la ecuación de la violencia, del conflicto, de la delincuencia y solucionar la crisis humanitaria que padecen miles de colombianos sometidos a los gaitanistas, solo tiene un camino político: negociar un acuerdo de paz, tal como actualmente lo hace con otras estructuras armadas, que habilitadas políticamente y en una mesa de negociación de paz siguen dedicadas a la extorsión, a los secuestros, al homicidio y al narcotráfico.
