Soy la voz de quienes creemos en una negociación política del conflicto armado y en una alternativa pactada con las estructuras del crimen para su sometimiento a la justicia
Jairo Libreros panelista Hora20 de Caracol Radio
#SoyLaVoz · La Luciérnaga · Caracol Radio · 01.12.2023
Hola, les habla Jairo Libreros, profesor de la Universidad Externado de Colombia, y soy la voz de quienes creemos en una negociación política del conflicto armado y en una alternativa pactada con las estructuras del crimen para su sometimiento a la justicia.
La paz total superó el primer examen ante la Corte Constitucional. La ley que soporta las negociaciones con bandas criminales, disidencias e insurgentes está bajo los parámetros de la Carta Política. Si bien el ejecutivo no puede aplicar la figura de los voceros de paz a quienes se encuentren privadas de la libertad ni negociar un sometimiento sin la participación de las otras ramas del poder público, la hoja de ruta de la Casa de Nariño es viable.
Ahora le corresponde al presidente Gustavo Petro materializar el hundimiento de su malograda primera política de seguridad e implementar la nueva estrategia que nos anunció en días pasados, la cual debería estar sintonizada con el objeto de la paz total y con la solución a las exigencias de seguridad que reclamamos los colombianos.
Pero el balón no solo está en la cancha de la rama ejecutiva. El segundo examen lo deben aprobar los actores violentos, quienes deben confirmar su voluntad de paz con hechos incontrovertibles. Por ejemplo, no cometer homicidios, secuestros, reclutamientos forzados, entre muchas otras modalidades delictivas.
Y le corresponde a los partidos políticos en el Congreso de la República superar el tercer examen, es esto, estudiar, tramitar, ajustar y aprobar una ley de sometimiento a la justicia, en los términos estipulados por la Corte Constitucional.
En conclusión, no hay espacio para vacilaciones. O avanzamos con las negociaciones de paz y de sometimiento a la justicia o seguiremos atados a un pasado violento que nos ha negado la oportunidad de vivir en paz.
