“La política mina la moral y la disciplina de las fuerzas armadas”: expresidente Alberto Lleras Camargo, 9 de mayo de 1958, Teatro Patria

Jairo Libreros profesor titular de seguridad y defensa nacional de la Universidad Externado de Colombia · 13.05.2023

La naturaleza, la finalidad, la estructura, la categorización y los principios reguladores de la Fuerza Publica están definidos en la Constitución Política de Colombia. Salvo por tres reformas constitucionales -al fuero militar (Art. 221: AL. 02 de 1995 y AL. 01 de 2015) y al monopolio legítimo de la fuerza (Art. 22A: AL. 05 de 2017), el espíritu del constituyente de 1991 prevalece en la Carta, en la jurisprudencia y en las normas que la regulan.

La Fuerza Pública en Colombia tiene un amplio respaldo político, gremial y popular, que en muchas oportunidades se ve reflejado en altos índices de favorabilidad. Igualmente, propios y extraños le reconocen grandes avances en profesionalización y modernización. Pero también ha sido cuestionada por diferentes actuaciones que van desde críticas sobre su incapacidad institucional para reformular su doctrina militar del enemigo interno y garantizar con apego a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario la seguridad y defensa nacional, pasando por los mal denominados falso positivos o muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate hasta llegar a innumerables actos de corrupción administrativa.

Sin embargo, algo ha cambiado durante el transcurso del último año. La Fuerza Pública, o algunos de sus comandantes de fuerza y directores y los ministros civiles de Defensa Nacional se ha visto involucrados en debates, escándalos o señalamientos que vulneran las actitudes, el comportamiento y las capacidades democráticas y operacionales de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional.

Hoy día es inocultable que la política partidista y electoral, en otras palabras, el oportunismo político se apoderó de la Fuerza Pública en sus unidades de comando y control, cuarteles y estaciones, fuertes y distritos y de sus escuelas de formación profesional. El punto de inflexión es la intervención en política del general Eduardo Zapateiro, en su momento comandante del Ejército Nacional, cuando descalificó e intimidó al senador y candidato presidencial Gustavo Petro:

La intervención en política del general Zapateiro, comandante del Ejército

Tan pronto como Gustavo Petro llegó a la Casa de Nariño, una de las consecuencias directas de ese acto de desconocimiento al principio de subordinación de los militares a las autoridades civiles legítimamente constituidas es el llamado a calificar servicios de más de 60 oficiales del Ejército y de la Policía. Si bien el presidente Petro como jefe de Estado, jefe del Gobierno y suprema autoridad administrativa tiene la facultad constitucional de remover y designar a la cúpula de la Fuerza Pública que lo acompañará durante su cuatrienio, las críticas sobre la salidas de esos oficiales fueron interpretadas como un acto político de desconfianza o revanchismo, y que hoy día vemos reflejada en diferentes escenarios.

Uno de ellos corre por cuenta de los decretos relacionados con los cese al fuego con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, con las disidencias de las FARC y con el Clan del Golfo. Los pormenores, detalles y el objeto central de esa normatividad no fue consultada con la Fuerza Pública, cuyos comandantes y director se notificaron de su existencia y vigencia el mismo día en el cual se hizo el correspondiente anuncio por parte del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa Nacional.

Otro escenario -de muchos otros más- se da el pasado miércoles 10 de mayo de 2023, en la Plaza de Bolívar de Bogotá, donde se realizó una jornada de protesta liderada por integrantes de la reserva de la Fuerza Pública y por miembros de diferentes organizaciones de militares en retiro -54 colectivos agrupados en una entidad mayor denominada Fuerza Púrpura-, quienes se reunieron para expresar proclamas y consignas en contra de algunas iniciativas del Gobierno del presidente Gustavo Petro.

Esta manifestación pacífica -10 mil personas, aproximadamente- fue un ejercicio legítimo y legal de protesta social. El encuentro transcurrió con algunos sobresaltos, pero en términos generales no se llegó a alterar el orden público ni se comprometió la convivencia y seguridad ciudadana de los manifestantes, transeúntes y demás observadores que se dieron cita en la Plaza.

Las arengas escuchadas se agruparon en diferentes temáticas: fuera Petro, respaldo a la Fuerza Pública, inconformismo por el relevo de oficiales y respeto a la Constitución Política, entre otros asuntos.

Si bien esa protesta es legítima como expresión popular, también es cierto que obedece a un malestar político de los veteranos y miembros de la reserva militar y policial por las formas como el presidente Petro conduce la Fuerza Pública, y de manera especial por la crisis que afronta el Ministerio de Defensa Nacional, una entidad que no logró establecer una hoja ruta en medio de la Paz Total, y cuya política de seguridad, defensa y convivencia ciudadana no ha sido recibida de la mejor manera por los vacíos metodológicos en su confección como política pública y porque, simplemente, no fue construida ni consultada con las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.

Movimientos en el gabinete y nueva política de seguridad

La tensión por esa manifestación de veteranos se agravó por las declaraciones del expresidente de Acore, el coronel en retiro John Marulanda, cuando afirmó -palabras más palabras menos- en una entrevista con Juan Pablo Calvás en La W Radio: “…Colombia está siguiendo los pasos del Perú, y yo creo que en el Perú las reservas fueron exitosas, en el sentido de que allá lograron defenestrar a un presidente corrupto. Aquí vamos a tratar de hacerlo mejor por defenestrar a un tipo que fue guerrillero…“.

Y por cuenta de esa equivocada y peligrosa afirmación de Marulanda, el presidente Petro descalificó a los manifestantes veteranos al tildarlos de golpistas, en lo cual también se equivocó el presidente de los colombianos.

Y para rematar esta muestra mínima de incidentes, en un entrevista realizada por Vicky Dávila en la revista Semana, el general William Salamanca, nuevo director de la Policía Nacional, le responde de la nada a la directora de la revista lo siguiente “…le llegará el momento a la fuerza pública para que ejerza su derecho al voto…”, o como tituló Semana: “…“Yo voté por Petro”: el general William Salamanca, nuevo director de la Policía, hace tremenda revelación. Se la juega por el presidente y se destapa pidiendo discutir que las Fuerzas Armadas voten“.

En medio de esta situación caracterizada por la utilización política de la Fuerza Pública, o la politización de la Fuerza Pública o para ser más precisos de manoseo político a la Fuerza Pública, ¿qué tan responsable es la propuesta súbita de habilitar el voto a los miembros activos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional? ¿O será que tan pronto como se posesionó el general Salamanca encontró en su despacho una investigación académica secreta sobre los dividendos políticos del voto militar y policial para la democracia colombiana?

Por eso, estoy de acuerdo con el profesor Ramiro Bejarano cuando trae a colación el discurso del expresidente Alberto Lleras Camargo en el Teatro Patria:

Leer los escritos del expresidente Lleras Camargo es un placer intelectual. Su prosa, sus ideas políticas y la cimentación personal de la vida pública enriquecen al lector o lectora. Es un ejercicio de vitalidad histórica que nos lleva a revivir los principales acontecimientos políticos, sociales, económicos y militares de la Colombia de mediados del siglo XX.

En ese discurso conocido como la Doctrina Lleras podemos encontrar las claves para detener esta espiral fáctica que va a deteriorar la estabilidad, el compromiso y la legitimidad de la Fuerza Pública, y que nos puede llevar a un escenario en donde la confrontación política ceda su espacio a la violencia.

Por ello, anexo la Doctrina Lleras, esto es, el discurso del expresidente Lleras en el Teatro Patria, 9 de mayo de 1958: Las Fuerzas Armadas

Las Fuerzas Armadas. Alocución ante los jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas. Alberto Lleras Camargo. Teatro Patria (09.05.1958). Señal Memoria. Jairo Libreros 2023

Y si el tiempo apremia adelanto un audio de Señal Memoria con un aparte de la intervención:

“Discurso de Alberto Lleras – Riesgos de que las FA participen en política – 1958 – Señal Memoria”:

Todos deberíamos leer y releer la Doctrina Lleras, de manera especial para dejar de manosear a la Fuerza Pública. Ojalá no sea tarde.

Jairo Libreros
jairolibreros@icloud.com

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